jueves, 26 de febrero de 2009

En el cine

Hay sitios que yo asocio siempre a sexo sórdido. Extrañas e inexplicables asociaciones mentales.

El cine era (o es?) uno de ellos.

En mi adolescencia, muchos iban al cine a darse el palo y perderse la película. Yo prefería los parques. Eran gratis y no te echaban pasada hora y media.

Pero aquel día, en aquel cine, tus manos se posaron en mi rodilla, acariciabas mi pierna. Despacio, casi imperceptiblemente, iban subiendo, poco a poco. Hasta que note el cosquilleo de tus dedos en la parte interior de los muslos. Y sólo deseaba que siguieras subiendo porque mi coño tenía necesidad de ti. De sentirte. Cuando te miraba, tú mirabas la película como si estuvieras concentrado, como si esa mano que se perdía entre mis piernas no fuera la tuya, como si no fuera parte de ti. Yo seguía mirando la pantalla pero era incapaz de seguir el hilo de la historia, las sensaciones entre mis piernas acaparaban mi concentración.

De repente, tus dedos se posaron sobre mi clítoris, a través del pantalón fino de lino notaba todo. Noté cómo un escalofrío me recorría la espalda y los pezones se me endurecieron de inmediato.

Me acerqué a tu oído.

- Ufff, me estás poniendo mucho. Has conseguido que esté empapada.

Y sin ni siquiera mirarme, me dijiste:

- Tschsss, concéntrate en la película.

Eso sólo consiguió que otra oleada de humedad resbalara por mi coño. Que hicieras como si no fuera contigo.

Seguías tocándome. Tus dedos hacían círculos sobre mi clítoris. Ni un beso, ni una mirada, ni una palabra. Pero yo estaba cachondísima. A mil por hora.

Mis caderas se movían, me recosté más en la butaca separando más las piernas para que tuvieras mejor acceso. Tus dedos no paraban, lo hacían con la intensidad justa para tenerme al borde del orgasmo pero sin llegar a correrme.

Creí enloquecer porque necesitaba correrme, necesitaba descargar la adrenalina que estaba provocando la situación, tu indiferencia y el movimimento de tus dedos. Y encima, teniendo que ser silenciosa. Que me cuesta mucho.

Cuando se acercaba el fin de la peli, tus dedos se volvieron acuciantes, se movían deprisa, con exactitud, exigiéndome que me corriera. Y me corrí. Mordiéndome la lengua para no gemir. Intentando disimular mi orgasmo. Pero fue tan intenso, tan demoledor que no sé si lo conseguí. La sangre se me agolpaba en el clítoris, el coño y las sienes me palpitaban de placer, el corazón me bombeaba con una fuerza tremenda, mi cuerpo en tensión. Increíble.

Al salir del cine, sentía el cosquilleo que aún recorría mi coño, la humedad que todo lo impregnaba y la excitación de querer más.

- Qué cabrón eres! Me he perdido toda la película. Y encima sigo cachonda.

- No sé a qué te refieres -dijiste con una sonrisa- pero habrá que ir a mi casa a que me lo expliques mejor.

Los orgasmos se sucedieron esa noche y ninguno de ellos tuvo nada que envidiar a aquel orgasmo del cine.

7 comentarios:

  1. Te invito al cine! jajajaja estoy seguro que le hiciste pagar esa osadia cara, muy cara. que si tu no pudiste ver la pelicula él no pudo ver su serie favorita aquella noche. desde luego... ¡¡seras rencorosa!!

    ResponderEliminar
  2. Pues al precio que se está poniendo el cine va a salir caro cada orgasmo.

    Estupenda peli que nos has contado.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Jajaja. Bueno la película seguro que luego podrias verla en DVD y hay cosas que necesitan el momento justo para ser disfrutadas.

    ResponderEliminar
  4. A mi en el cine me encanta que me pille por sorpresa...
    Lo del cine tiene truco, hay que ir un domingo, a última hora y a una peli que hace mucho que esta estrenada...
    El cine es para ti...

    Un beso

    ResponderEliminar
  5. siempre me ha encantado fantasear con encuentros furtivos en un cine, bien sea convencional como en sala xxx. alguien se anima a hacer realidad una fantasia?

    ResponderEliminar
  6. Ese asiento de la fila de atrás... qué recuerdos.

    Le llamaban "la fila de los mancos"... aunque yo creo que tiene más que ver con el onanismo.

    Besos

    ResponderEliminar
  7. CNLS...
    el rencor lleva a veces al máximo placer

    Nadia...
    el cine es caro pero el dinero de la entrada de aquella película estuvo muyyyyy bien invertido

    Mónica...
    tomo nota de tu consejo por si alguna vz me apetece ir al cine a perderme la película

    Anastasio...
    mi encuentro no fue furtivo sino totalmente premeditado

    Erotismo...
    eso decía Sabina en una canción, lo de la fila de los mancos. En mi caso fue onanismo "pero con colaboración". Jeje

    ResponderEliminar

Susurra lo que te apetezca...