domingo, 8 de febrero de 2009

Gemidos

Si llamé así a mi blog es porque el órgano más poderoso para excitarse es el cerebro.

Pero como yo soy un poco rara, debo tenerlo conectado justo al oído.

Porque eso es lo me vuelve loca, lo que me humedece, lo que me pierde. Oír.

Oír cómo gime de placer cuando juego con él.


Escuchar su respiración entrecortada, alterada cuando mis manos se pierden por cada esquina de su cuerpo.

Sentir sus gemidos rompiendo el silencio cuando mi boca rodea su polla y la lame.

Esos jadeos que preceden al orgasmo.

Y me gusta lo que dice. Cuando me folla. Cuando me penetra con fuerza, hasta el fondo y no le veo pero oigo nuestros cuerpos chocar, oigo la humedad de mi coño y sus palabras me llegan al cerebro provocándome una explosión, un escalofrío, una corriente de gusto, placer.

Me gusta que me diga qué va a hacer. Me gusta cuando me llama puta. O cuando me alaba algo de lo que hago. Cuando sus palabras salen entrecortadas por el deseo y escapan de su boca esos sonidos que son el idioma del placer.

O cuando la voz se le vuelve ronca de la excitación.

Me humedece que diga lo que siente. O que pida lo que le apetece.

Que me mire como si no hubiera nada mejor en el mundo y diga "ufff".

Que cuando estamos rodeados de gente, me susurre al oído algo que me haga desear irme de allí cuanto antes a donde no nos moleste nadie.

Y nunca me olvido de cómo son sus gemidos al llegar al límite, cuando su leche rebosa mi boca o se derrama en mí. Esos sonidos se me clavan en la memoria y quedan allí para sorprenderme en los momentos más inesperados cuando recuerdo su expresión, su voz, su tono...y me mojo irremediablemente.

4 comentarios:

  1. y decirte al oído lo cachondos que nos pones, lo calientes que nos tienes, o en algún lugar prohibido susurrarte el... "quiero follarte aqui y ahora..."

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  2. Parecen susurros pero ejem se oyen en el rellano.

    Gracias por la visita, besos

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  3. Nadia,
    se oyen en el rellano? Eso será que tienes buen oído. Jeje.
    Mis vecinos aún no se han quejado.

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