miércoles, 2 de marzo de 2011

Princesa de ciudad

Hay princesas de cuento que se asoman al balcón de su palacio y se dejan cortejar por trovadores que cantan bajo su ventana. 
Y conquistadas por sus voces, dejan caer su larga trenza con un mensaje con la hora y el sitio donde quieren citarse con su tunante. 
Recorren la ciudad en carroza para bailar con su pretendiente y se dejan besar furtivamente a la entrada de palacio antes de escapar corriendo al oír las 12 campanadas mientras se sujetan las enaguas del vestido para no pisárselas. 
Si alguno de esos trovadores osara violentar a la dama con indecentes propuestas, sus masculinos allegados habrían de luchar por defender su honor ya que las princesas de cuento guardan la honra bajo llave y su virginidad (oh, divino tesoro!) sólo se entrega al príncipe azul que no sólo se gane su amor sino que además esté dispuesto a atragantarse de perdices por el resto de los tiempos.

Pero claro...mi piso no es un palacio, las trenzas me quedan fatal, las enaguas me hacen ancha de caderas, mi padre llega demasiado cansado del trabajo como para batirse en duelo y las perdices están a un precio que cualquiera se permite comerlas todos los días.

Con esto quiero decir que yo soy más princesa de ciudad. Llevo otro ritmo, tengo una moral menos estricta y no me sobra el tiempo como para perderlo.

Si un trovador ronda tras la ventana del messenger meses enteros y me provoca para luego quedar conmigo y decirme recién pasada la medianoche que "me voy a ir yendo que mañana trabajo y vivo lejísimos", pierde la magia. Si después de eso me besa con ese fervor que tanto gusta a las princesas "para que tengas más ganas de verme la próxima vez", me quedo con cara de tonta. Pero a esta princesa ya no le engaña para volver a quedar.

Si un tunante me despide con un amable beso de buenas noches y en la siguiente cita me sorprende con un "me gusta irte conociendo poco a poco", ya se puede ir buscando otra dama de compañía.

Si llego a saber que hay príncipes que encienden el fuego para luego dejarlo extinguir en un interminable cortejo sin consumación, no me hubiera hecho falta dar esquinazo a la carabina. 



Pero es curioso porque a pesar de mi poco interés (una vez me dejan con las ganas, dos no), siempre vuelven. Los príncipes de cuento no cejan en su empeño de conquistar a la princesa con largas veladas a la luz de la luna hablando del brillo de su cabello y la dulzura de su voz.

Las princesas de ciudad queremos divertirnos, llevamos el pelo suelto, no necesitamos que nos adulen hasta la extenuación para luego dejarnos abandonadas con un beso de buenas noches y comprobando las pilas del vibrador y preferimos un canalla a un trovador.

19 comentarios:

  1. Si es que ser Princesa de cuento es un rollo, siempre te dejan a medias....comparto lo de las trenzas, a no ser que se acompañen de uniforme sexy de colegiala para que lo arranquen del cuerpo con los dientes jajaja.
    Un beso de otra Princesa demasiado descerebrada y salidorra.

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  2. Tal y como lo cuentas, incluso a pesar de las dificultades, no sé yo si no pedirme en la próxima vida ser una de ellas.
    Sonrío.

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  3. En algún sitio habrá algún príncipe con un puntito canalla, ya verás. ;DD

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  5. Princesas de ciudad o de cuento teneis el poder y el encanto para decidir si dar una lección al canalla o premiar al trovador...

    Sinceramente espero que trovador o canalla la próxima vez tengas la fortuna de encontrar quien sepa como divertirte...

    Un beso susurradora ;-)

    Jean-Claude

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  6. Curioso.Muy curioso lo que leo.
    Hace tiempo dejamos una ecuacion sin solución. Quizas aquí esta escrita???

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  7. Un ole bien grande por todas aquellas princesas de ciudad que preferimos llegar a casa a las 12 del mediodía siguiente despues de una noche de lujuria, a que nos dejen en casa las 12 de la noche con un casto beso de buenas noches...
    Menos palabras y más hechos
    Besos
    aniTa

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  8. a mi me suelen gustar más las malas del cuento....

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  9. Yo tenía por asimilado que los hombres que creen en esa mentalidad de princesa de las mujeres, se habían decidido por un esfuerzo más interesante hacia la modernidad.

    Al final, muchos creen que el uso de un corcel colorido, unas ropas adecuadas, un corte de pelo y un perfume, les ayudarán para construir mejor un discurso que creen, todavía, que sigue vigente después de algunos siglos.

    Los príncipes modernos, al final, siguen quejosos por los leotardos tirantes que llevan debajo sin saberlo.

    besotes amalados

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  10. un putíncipe es lo que buscas tú ;)
    aii..los que tienen el puntito canalla, que nos vuelven loquísimas..

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  11. Los malos que están buenos siempre gustan más...

    Me parece que hoy estoy un poco vicevérsico... ;-)

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  12. si llegas a decir "princeas de barrio" te retiro la palabra (si ves TV española entiendes por qué)

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  13. la verdad es que lo de princesa, esta un poco chungo ,mira que cara tiene la Leticia!!
    y las de los cuentos , ni pensarlo, las de barrio por los que cuentan tampoco
    Y yo no se porque sospecho,..
    que hay mucho principe azul escondido en el armario.
    Asi que igual hay que cambiarse de profesion no?
    en fin ..
    y respecto a las citas, con lo facil que seria, que todo fluyera,...
    un beso PRINCESA DE NOCHE..

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  14. Y estrangular con la trenza?

    Besos

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  15. Hay un programa en la tele...princesas de barrio...besos

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  16. Definitivamente preferible un canalla...
    Dicen que lo malo dá tentación... no crees?

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  17. Me ha encantado tu modo de decir las cosas. Sin duda vales mucho y para muchos canallas más. un beso!

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  18. He estado perdida, aunque no mas de lo que he deseado.
    Me alegra leerte, como siempre!!

    Tal vez me una al clan en poco tiempo...

    Pepi

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  19. Es que hay princesas de ciudad que tienen mucho encanto, tal vez tú seas una de ellas. Quién fuera el canalla que lo pudiera comprobar.

    Un beso preciosa.

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