miércoles, 22 de julio de 2009

Con la boca

Déjame que te regale un orgasmo con la boca.

Relájate, ponte en una posición en la que estés cómodo.
Empezaré por lamer tus ingles, besar tu pubis. Acariciaré la parte interior de tus muslos y mis caricias se acercarán cada vez más a tus huevos.
Pasaré la lengua por tus huevos, sin dejar un resquicio por lamer. Alternaré mis caricias entre ambos, me concentraré en cada uno por separado, en los dos a la vez.

Te miro mientras lo hago. Para ver cómo cambia tu expresión, tu cara, cómo te excita sentirlo.

Acercaré mi boca a tu capullo. Lo lameré suavemente. Recogeré ese principio del placer que se te escapa en forma de hilos húmedos de deseo.

Meteré tu polla en mi boca. Primero poco a poco, luego entera. Para poder disfrutar de su dureza y de los suspiros que escapan de tu boca. La recorreré de arriba abajo, humedeciéndola con mi saliva.
La haré crecer, la haré adquirir la consistencia del mármol.

¿Qué hay mejor que dar placer? Mirarte y ver tu cuerpo en tensión, tu cara de éxtasis, oír tu excitación en forma de gemidos. Lo veré y sentiré cómo el deseo nace entre mis piernas, ese cosquilleo que se expande en oleadas y la humedad invadiéndome, conquistándome en una batalla sin lucha, sin resistencia por mi parte.
Nada mejor que verte disfrutar para disfrutar yo.
Saber que soy la dueña de tu placer, que eres en este momento esclavo de mi boca, soldado a las órdenes de mi lengua.

Me dedicaré a tu capullo, alternaré lametones inocentes con movimientos acompasados, mi mano paseará por tu tronco, por tus huevos, por el culo.

La tensión de tu cuerpo crecerá, tu polla también. Y mi deseo, mi humedad, a la par que ellos.

No digas nada. Por tu cara, por tus gemidos, por la dureza reconoceré cuándo te queda poco, cuándo se acerca la explosión final.
Así que te miraré, puta, excitada, dispuesta a exprimir hasta la última gota de placer.
Te volveré loco retrasando el momento, buscando el punto en el que te mantengas al límite del placer sin llegar a sobrepasarlo.

Quiero enloquecerte, quiero que tus gemidos llenen la habitación y que el eco de ese sonido actúe como latigazos de placer en mi cuerpo. Porque no hay nada que me excite más que verte así, que saberte cachondo, duro, empalmado, excitado, impaciente.

Llegará un momento en que ansiaré tu leche. Así que lameré con insistencia, sin darte tregua, tu excitación en curva ascendente, sin retroceso. Mi lengua pasando por tu capullo y mis labios haciendo presión en tu tronco, mis dedos perdidos en tu culo o en tus huevos y mi mirada fija en ti, pidiéndote con los ojos que te corras, que me llenes, que me des la esencia del placer que sube en oleadas.

Tu cuerpo se arqueará, cada músculo de tu cuerpo se contraerá por el placer animal que sientes. Tu capullo se hinchará y me inundará la boca con tu éxtasis, con el elixir que tanto me gusta saborear, con ese líquido caliente, viscoso, saliendo a chorros.

Y cuanto más disfrutes tú, más disfrutaré yo. Y la humedad me resbalará entre las piernas. Sería incluso capaz de correrme sin ni siquiera un roce tuyo, sólo viéndote disfrutar...

4 comentarios:

  1. Se pasa vd despues por mi despacho? tengo que hacerle una entrevista oral...

    ResponderEliminar
  2. Jajajajaja, la verdad es que la señorita susurros pasaría esa entrevista con nota.

    ResponderEliminar
  3. a mi me has regalado un orgasmo con la lectura

    ResponderEliminar
  4. CNLS...
    jajaja. Ya le diré si su despacho me pilla de camino a casa.

    Hijoeputa...
    es que yo siempre he tenido muy buenas notas. He sido siempre una alumna aplicada. Y eso que nunca he usado esta táctica para aprobar un examen. jejeje.

    Eneas...
    me dejas sin palabras. No sé qué decir.

    ResponderEliminar

Susurra lo que te apetezca...