domingo, 27 de septiembre de 2009

El baile de su lengua

La gente, las calles, los edificios son diferentes a lo que me suele rodear.
Estoy fuera de lugar.

La habitación es pequeña. Huele a él.
Cada esquina aprovechable está llena de pilas de libros.
Un póster bastante intimidatorio, bastante inquietante, está justo encima de la cama. Y parece que me mira, como queriendo que me acobarde.
Ni el ventilador ni la ventana abierta consiguen que el ambiente se despeje, que el asfixiante calor deje de pegarse a mi piel.
El humo de nuestros cigarros flota, parece como si se moviera despacio, luchando por abrirse paso entre el aire espeso y caliente que nos rodea.
La ropa nos sobra. Todo ocurre despacio, sin prisa.
Un ambiente relajado sin llegar a ser del todo distendido.

Pero todo cambia cuando sus manos acarician mi cuerpo y su boca intenta dejarme sin vida, me arranca la energía, me sorbe. El baile de su lengua sobre mi clítoris, el rastro que va dejando su saliva en los pliegues de mi coño, el rastro de placer que va dejando a su paso me trasladan a otra dimensión. Estoy en otro sitio, estoy donde todos los estímulos externos a mí desaparecen. Sólo existe su boca, los impulsos que me recorren el cuerpo para decirle a mi cerebro que me olvide de lo demás, que sólo existe esa parte de mí que está ahora mismo mojada, que palpita con cada roce.


En un corto instante de lucidez abro los ojos y le observo, concentrado en la tarea que tan bien lleva a cabo, bailando sobre mis ingles.

Pierdo la consciencia de mí misma, mis caderas cobran vida, mi espalda se arquea formando una curva imposible mientras la almohada ahoga mis gemidos.

Ya no me siento fuera de lugar.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Arrebatos

Me gustan los arrebatos.

Con arrebatos me refiero a los momentos en los que pierdes el control, cuando el deseo que nace de tu cuerpo es tan primario, tan primordial que lo demás no tiene ninguna importancia.

Cuando estamos hablando y sin venir a cuento, rodeas mi cara con una mano y me das un beso mientras sujetas mi nuca e imprimes al beso una intensidad, una temperatura que me hace temer que el fin del mundo esté a la vuelta de la esquina.
Entonces tu mano coge la mía, la pone sobre tu polla y me enseña cuánto puedo excitarte sin ni siquiera haber hecho nada. Me encanta saberlo y me encanta ese gesto. Es como un hierro duro, como un diamante esperando que mi saliva lo pula.
Y me desnudas deprisa, casi arrancándome la ropa, sustituyendo la delicadeza por ansia, como si temieras que mi cuerpo no estuviera ahí unos segundos más tarde, luchando contra los minutos que corren en el reloj.
Admiras mi cuerpo, mis curvas, observándome febril de deseo y encuentras mi coño mojado, preparado para el asalto porque sabe que cuando estás así no hay quien te pare.

Me penetras gimiendo, perdiéndote en la sima húmeda de una embestida, con un movimiento de cadera certero, preciso.
Te mueves pero no con cadencia, con parsimonia sino con profundas embestidas a un ritmo salvaje que me hacen estremecerme.
Ahora mismo tu instinto animal puede más que tu lado racional.
Me gusta la sensación. Me perforas hasta que cada poro de mi piel rezuma deseo.
Me follas con el ímpetu de quien creyera que este es el último polvo, la última vez aun sabiendo que no es así. Te entregas y me haces entregarme porque no puedo negar que me enloquece verte así.
Y acabamos corriéndonos en un orgasmo intenso, pero sobre todo, largo, que contradice la prisa que hemos invertido en saciar nuestros cuerpos.
Caes exhausto, con las piernas aún temblorosas y me miras buscando en mi rostro la confirmación de que me ha gustado tanto como a ti. Y la encuentras, porque mis mofletes enrojecidos, mis ojos vidriosos y mi sonrisa son la mejor prueba de ello.

jueves, 17 de septiembre de 2009

La perfección

Sí, ya sé que a veces me repito, pero para eso es mi blog.

Voy a describir lo que yo considero un cuerpo perfecto para mi gusto.

-Delgadito.

-Fibroso. Con fibroso me refiero a tener el músculo marcado pero no hinchado. Ésos que parece que se hinchan todas las mañanas con el hinchador de las colchonetas de la playa y que cualquiera camiseta que se pongan parece de la sección de niños o que cuando llevan camisa, te hagan temer perder un ojo si el botón a punto de reventar te da en el ojo,...me dan grima.

-Marcadito. Un par de músculos un poco visibles en el abdomen, los músculos ésos de encima de la cadera que forman con el pubis una forma de v que parece una flecha que te indica el camino al paraíso. Mmmm. Y unos hombros y una espalda bonitos.

-Rodillas con el hueso marcado. Entre mis mil rarezas, tengo una sana obsesión por las rodillas. Me fijo muchísimo en ellas. Unas rodillas huesudas sin ser exageradas que además tengan forma cuadrada consiguen despertarme pensamientos pecaminosos de ésos que me prohibían las monjas tener, jejeje.

- Una polla de tamaño aceptable. No nos vamos a engañar. Jajaja. Que tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando pero siempre se monta mejor si es un coche grande y amplio aunque a veces cueste aparcar si la plaza de garaje es estrecha. Jeje. Todos nos entendemos, no?.
Y ya si se pone dura a menudo...cantamos bingo.


- Un buen culo. Redondito. De ésos que quedan bien dentro del pantalón...mmm.


Ahora la cara perfecta.

- Cara de morbo. De ésas que te miran y te encienden. De las que te despiertan los más bajos instintos. De ésas que te hacen mojarte. De las que te están diciendo: "Prepárate".

- Cara expresiva. De las que transmiten sin palabras. Que en el orgasmo se conviertan en el mejor reflejo del placer.

- Ojos claros. Que te quiten el aliento con una mirada. Que te descoloquen con una caída de ojos.

- Unas arruguitas alrededor de los ojos al sonreír. Ufff, me pierden.

- Una sonrisa bonita. Y además que sonría a menudo.


La personalidad ideal.

- Extrovertido

- Sincero

- Con las ideas claras

- Seguro de sí mismo

- Capaz de mantener una conversación interesante más de 5 minutos. Parece fácil pero por lo visto no lo es tanto.


El perfil sexual perfecto.

- Que no sea egoísta. Que disfrute tanto dando placer como recibiéndolo.

- Imaginativo. Siempre proponiendo algo, siempre con una nueva idea.

- Abierto. Que no tenga prejuicios ni una lista interminable de cosas prohibidas.

- Morboso. Que consiga encenderme, que me ponga, que me excite.


A uno de los dueños de tooodas esas características juntas...le conozco.
No, no puedo decir quién es. Se dice el pecado pero no el pecador.
Sólo diré que me pone mucho (eso estaba claro, jaja). Que me cae bien. Y que está buenísimo.
Tengo sus fotos gastadas de tanto deleitarme en ellas. Mmm. Y las miro, las miro, las miro, las vuelvo a mirar y por mucho tiempo que les dedique no me cansan...

lunes, 14 de septiembre de 2009

El mejor elogio

Yo escribo para mí.

Porque me gusta. Y porque hay experiencias que me apetece plasmar en palabras.

A veces, recibo comentarios sobre el blog. (No todos agradables de leer como comenté en el post anterior).

He recibido piropos, he recibido mails interesantes, inteligentes, graciosos, halagadores, pero creo que ningún elogio me ha gustado tanto como éste. Porque además creo que percibe muy bien lo que yo creo que es mi blog.

Pregunté a la persona que lo escribió si le importaría que lo publicara.

Aquí está.

Gracias.



"Hola Susurros

Normalmente me terminan aburriendo los blogs porque la gente termina hablandose a si misma mas que a los demas, o aburriendonos con mil detallles 'literarios' que no aportan nada a la narracion. Pero el tuyo me lo he leido entero ya, me parece de un minimalismo emocional absolutamente emocionante. Es transparente, siento que estoy dentro de tu cabeza mientras lo leo, y sobre todo me parece muy muy autentico: cuentas lo 'esencial' del momento, sin irte por las ramas o adulzarlo con descripcciones/sentimientos/sensaciones que suenen a falso o añadidas."

martes, 8 de septiembre de 2009

No hay patente de corso

Resulta que con esto del mundo de internet, de la privacidad que ofrece el no saber quién hay al otro lado, hay quien cree que goza de una patente de corso para ser soez.

Vale que tengo un blog de sexo. En el que hablo de sexo, por supuesto. Y no siempre con un vocabulario refinado. Y que participo en páginas de marcado carácter sexual.

Pero eso no implica que cualquiera que no me conoce pueda escribirme lo que le venga en gana.

Bueno sí, puede escribirlo pero no recibirá nunca contestación.

Menganito que no me conoce de nada, me escribe un mail por primera vez en su vida. Empieza el mail con "me la has puesto dura". Mail borrado, es que ni sigo leyendo.

Fulanito que tampoco me conoce, me escribe un mail diciendo que le encantaría "darme por culo", así a bocajarro sin molestarse (no vaya a ser que quede demasiado educado) en escribir un hola antes. Pulso "borrar mail".

Zutanito me manda un mail de presentación diciéndome que le agregue al msn para ponerme la cam y enseñarme "el pedazo de rabo" que tiene. Textual. Gracias, pero paso palabra.

Y así podría poner varios ejemplos de mails con frases del tipo "no he podido evitar correrme al leerte y he manchado el teclado de lefa" (?!¿!?), "si te gustan las pollas grandes, yo la tengo enorme"...etc etc etc...

No sé si al resto de la gente esos mails le gustan, le ponen, le apetecen, los contesta o no. Pero yo creo que todo tiene su curso. Primero un mail educado, normal y luego el resto si surge, surge. Pero los mails soeces, con comentarios fuera de tono...por favor, absténganse.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Irresistible

Acabo de volver de vacaciones, hace dos semanas escasas.

Vengo morena, relajadísima y con pocas ganas de trabajar.

Me encanta el verano, la playa, el mar...y todo lo que incluye.

En la maleta llevaba muchas ganas, ropa de ésa ligera, vestiditos de verano, unos bikinis, poco más.

Irresitibles las playas nudistas. Sentir cómo el sol va calentando mi piel mientras otro tipo de calor me va invadiendo por dentro hasta alterar mis hormonas y provocarme oleadas de excitación incontenible (es lo que tiene el sol y el verano que me paso el día descansado pero mi mente perversa es como si trabajara a tiempo completo).

Irresistibles los tíos en veranito, en bañador o desnudos, con el cuerpo bronceado, las gafas de sol y la piel llena de gotas de agua que se deslizan y se pierden en la arena (hay algo más sexy que un tío mono saliendo del agua con la piel mojada?).

Irresistibles los que hacen kitesurf y tienen ese músculo que se les marca por encima de la cadera y del bañador y que me pierde, me encanta, no puedo evitar fijar mi vista allí.

Irresistibles los zumos y cócteles al volver de la playa en el chiringuito donde los camareros no consiguen trabajo por servir bien sino porque la poca ropa que llevan les queda de vicio.

Irresistible el sabor de la piel a agua salada. Los besos con sal.

Irresistible un baño a media tarde, con el sol cayendo, el mar casí vacío, las olas tranquilas, los pezones quejándose del frío pero el resto del cuerpo disfrutando del frescor del agua después de un día de calor.

Acordándome de estas cosas, ¿¿¿quién va a tener ahora ganas de trabajar????